Hace 7 casi 8 años fui mamá por primera vez, y aunque muchos crean lo contrario cuando mi hija nació no cambie mi sexo ni me volví un ser diferente.
Cuando somos mamás estamos rodeados a diario de estereotipos que lo único que logran es hacer que muchas de nosotras perdamos la seguridad y terminemos dejándonos llevar por la maternidad.
No digo que entregarse por completo a ella sea malo, solo creo que muchas mujeres olvidamos nuestra esencia y comenzamos a perder poco a poco nuestro brillo interior a causa de estos estereotipos, perdemos ese toque que nos hace únicas, esa chispa que nos hace ser esas mujeres especiales que eramos antes del trasnocho y la ojera.
No es tarea fácil mantener un equilibrio entre ser mamá y una mujer ideal, en mi caso sé que aún tengo muchos errores (especialmente cuando a las 5:00am salgo en sudadera a dejar mi hija a la ruta y mi vecina con 4 hijos sale entaconada y divina lista para comenzar su día), es claro que me falta, he corregido dos de tres pero sé que no soy perfecta, aunque me esfuerzo eso lo aseguro.
Las mamás deberíamos aprender a defender nuestra feminidad y romper con esos paradigmas que nos encasillan como si tuviéramos que dejar de pensar que somos mujeres. Hace poco una marca me contactó para hacerme una propuesta de unos productos de maquillaje, y mi primera reacción sin duda fue, que van a pensar mis colegas que se enfocan en belleza yo a duras penas se como usar pestañina, pero luego de una charla súper interesante con la encargada de la marca mi pensamiento cambio.
Solo les diré que es claro que como consumidora de diferentes productos más allá de ser mamá soy mujer, y eso no me lo va a cambiar nadie, que no solo es el maquillaje, es la ropa son los accesorios, es la comida, es todo lo que gira en torno a ser una mujer normal. Ella en una pequeña charla de menos de 15 minutos me hizo ver lo evidente, soy más mujer que antes y es hora de re descubrirme.
Amigas sé que a muchas no les ha pasado, sé que muchas han salido de la clínica y al día siguiente esta en la playa luciendo su perfecto cuerpo, pero otras no corremos con esa suerte y parto de mi experiencia para tocar este tema que es más común de lo que muchas creen.
Para estas chicas de mi tipo es que va este post, estas que necesitamos un sacudon que nos haga volver a sentir esas ganas de salir a broncearnos sin restricciones, esas que queremos comernos un postre sin pensar en el kilo de más y sobretodo esas que amamos vestirnos para nosotras y no para los demás.
La única meta de este post es dejarle claro a nuestro entorno que cambiar nuestro maquillaje, color de cabello o forma de vestir luego de ser mamás es solo una manera se re descubrirnos como seres independientes que somos, y aunque a diario muchos personajes cerrados e ignorantes piensen que nuestra condición de madres nos hace diferentes, podemos demostrarles que ser mamás solo despierta aún más nuestra esencia de mujeres y que por encima de muchos señalamientos absurdos y mal intencionados todas tenemos derecho a sentirnos divinas aún después de haber pasado por cambios tan trascendentales en nuestra vida.
Así que llego la hora de romper las reglas y sacar a relucir la chica que esta dentro de nosotras, esa que se siente segura, esa que sabe que ser una mamá perfecta no es posible sin antes ser una mujer en toda la esencia de la palabra.